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¿Qué como caminan las modelos?



Creo que ha llegado el momento que todo escritor supera tarde o temprano, y después de haber pasado una fantástica semana en Paris llena de lujo y confort, disfrutando de la maravillosa colección Otoño-Invierno 2009-2010 de Louis Vuitton, rodeada de grandes personalidades y bebiendo Champagne con Marc Jacobs… hoy me he dado cuando al revisar mis artículos secretos que debía compartirlos con ustedes y que ya va siendo hora de dar el primer paso de crecer sin remedio alguno y como se comenta en los grandes desfiles de la temporada: “El dorado volvió para quedarse” y creo que yo he vuelto para hacer lo mismo, solo que con un toque de madurez que por una u otra razón ampliamente lo rechazaba.


Así que les dejo este artículo que escribí en el mes de marzo del 2005.


¿Qué como caminan las modelos?


Estar en un estado de cuarentena durante la cuaresma… no es tan malo, viéndolo del punto de vista obligado a pasar unos días en cama por una rara enfermedad llamada el “Mal del Beso” suena realmente controversial, semana Santa en puerta, las playas con un limite de hombres esperando el calor y los bikinis, un billete de avión reservado a Paris por un apuesto pretendiente tendrá que ser retrasado, porque según el médico el reposo y la abstinencia de besos por un buen tiempo son el seguro a la cura y al no contagio.

Pasa que esta cosa se pega igual que la gripe y vaya que si no hubiera valido la pena estar aislada, si realmente me hubieran dado un beso profundo. Pero las bajas defensas del cuerpo, por la simple presión de encontrar un buen lugar donde vivir, y reponerse de las muy pero muy largas vacaciones que me he tomado fuera de Madrid, y no solo eso, las preocupaciones siempre llegan en conjunto, terminas con el novio con el cual habías creado una serie de planes que siendo promesas o no, tal vez tenias la incertidumbre de que nunca se cumplirían, aunque nunca falla la esperanza, esa siempre se mantiene firme hasta el último momento. Pero es real todo lo malo pasa, ahora estoy en casa esperando que una red brinque y poderme conectar a Internet y volver a saber algo de ese chico Nietzscheniano que conocí por estos bares virtuales, mientras todos están afuera gozando de la marcha madrileña. Seguro que yo no quería enfermarme, pero a veces el cuerpo se toma ciertas autorizaciones para dejar que el estrés te mate.

Tomarse la vida ligera o aprender a vivir que todo el mal como viene se va, mientras esto pasaba me di cuenta que hay gente importante a mi lado, gente que sin saberlo estaba ahí siempre y es algo curioso, esas personas que menos esperas, son aquellas que no dudan nunca en brindarte una mano, o señales a puerta que te brindan oportunidades como nadie en tu vida, mi casera lo hizo y ahora tengo un piso de lujo, lo que me lleva a estar tranquila en el punto espacio vital preocupación terminada. En cambio mis problemas con los hombres siempre estarán ahí dispersos como las redes que no puedo captar con este “súper tecnológico” portátil. Soy irónica, pero es cierto, todos flotan de manera alterna a mi circunferencia y ninguno hace una conexión estable, y no los venden en las tiendas con tanta tecnología, ni los anuncian en carteles panorámicos de a que huelen las nubes, o con garantía de si no le sirve, tiene un año para cambiarlo, o porque no mejor de esos productos de pruébalo por meses, si no esta conforme, le devolveremos su dinero, ahhh! y con entrega gratuita en casa jajajajaja!!!.

Ojala todo fuera así, pero me queda clarísimo que; ni los hombres se venden en el mercado, ni los príncipes azules existen, pero me queda la esperanza (que recordemos que esa dura hasta el fin de nuestros días) de que el factor amor no es tan estresante porque se que hay hombres allá fuera queriendo encontrar a mujeres inteligentes a quién hablarles de Nietzsche y que los comprenda.

Una poeta mexicana me dijo hace poco algo muy real, los hombres de hoy no buscan a la mujer que todo diga sí, ni quieren a la típica “quiero ser” enjaulada en un outfit de marcas conocidas, buscan una mujer real, transparente y con carácter, totalmente inteligente para llevar la platica de toda una vida, una mujer que hable de Poe como hablan los grandes sin perder la dulzura ni los sueños, una mujer que guarde la sensualidad del fuego femenino entre sus venas, que pueda darse el lujo de una pizza sin mirar la bascula y que no se olvide nunca de que puede caminar por la Gran Vía vestida como toda una modelo…

¿Qué como caminan las modelos?


…seguras y sin miedo.



PAOLA HERRERA LEDESMA